Bienvenido a tu diván
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Está demostrada la influencia del sistema familiar sobre sus miembros. Las diversas investigaciones proporcionan conocimientos para obtener herramientas de terapia eficaces.
La naturaleza influyente de la familia, se explica en base a que el contexto afecta a los procesos internos del individuo, por lo que si alteramos elementos del contexto, podemos producir variaciones en dichos procesos.
La familia está constantemente sometida a las demandas de cambio de su entorno. Por ejemplo, cuando muere un abuelo, todo el sistema parental ha de abordar un reposicionamiento; pero la familia, como un sistema vivo, puede fluir o resistirse a esas fluctuaciones, en cuyo caso entrará en una crisis de transformación con una baja capacidad para resistir las alteraciones.
Cuando los problemas derivados del cambio se resuelven deficientemente, se forman dentro de la propia familia las llamadas coaliciones. Los padres pueden coaligarse contra el hijo, o bien la madre y el hijo contra el cónyuge. Pueden forjarse vínculos y pautas con el fin de equilibrar el sistema, o de fijarlo; pero el sistema debe ir cambiando con el paso del tiempo para permitir el crecimiento y la evolución. Por ejemplo, deberá cambiar su estructura y adecuarse a ella ante la llegada de un hijo, como también deberá cambiar y adaptarse con su incorporación a la escuela, la salida del hogar en su vida de adulto, y tantos otros cambios inherentes a la vida familiar.
Las familias que acuden a terapia tras una lucha prolongada, señalan generalmente a uno de los miembros como la fuente del problema.
Suelen llegar a consulta agotados, como un último recurso, con un largo periplo de lucha, de conflictos, y de fracasos.
Sin embargo, desde un punto de vista sistémico, el problema no reside en el paciente individualizado, sino en ciertas pautas de interacción de la familia. Las soluciones que ésta utiliza reiteradamente y de manera inadecuada, producen un estancamiento y una consiguiente crisis.
La terapia de familia es una terapia de acción, y por lo tanto no se centra en el análisis de los acontecimientos pasados, sino que explora y estudia los fenómenos del presente. Analiza y explora las interacciones, sometiéndolas a prueba cuando el terapeuta ingresa en el sistema familiar.
Así pues, el psicólogo experimenta a la familia como un miembro más, envolviéndose en sus rituales, percibiendo su estructura de pensamiento y conductas, y convirtiéndose finalmente en el agente facilitador del cambio.
Este trabajo es uno de los más bonitos y gratificantes de un psicólogo, aunque también es uno de los más difíciles, ya que le obligan a deshacerse de etiquetas y todo el aprendizaje acumulado, en pos de una mente abierta y un talante investigador.
Estaré encantada de atenderte en consulta u online, en el siguiente horario:
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